Ayer hablando con un colega de profesión me sorprendí al ser consciente de que me estaba dando grandes consejos.

Compartió conmigo muy buenas experiencias para que pudiera aplicar en mi organización durante la crisis y yo le aporté mi visión de lo que podía ir haciendo para que su empresa comenzara a prepararse para la salida y recuperación de la misma. ¿Cuántas veces sucede esto a lo largo del año y no le damos importancia alguna? ¿por qué ahora debería ser diferente y deberíamos escuchar con plena atención todos los puntos de vista y consejos que nos lleguen?

Una semana antes de iniciarse esta crisis y comenzar el confinamiento, en mi compañía lanzábamos una iniciativa desde el área de Recursos Humanos / Personas / Felicidad a nivel mundial, no muy novedosa pero que bien gestionada resulta altamente impactante en la motivación de los empleados, en los resultados de la compañía y en el cashflow de la misma vía, sobre todo, de ahorros.

La idea, independientemente de la logística y de cómo lo lleves a cabo, consiste en ESCUCHAR A LOS EMPLEADOS. En este sentido soy de la creencia de que esto no debería ser un proyecto temporal con fecha de inicio y fecha de fin, sino una forma de ser, de gestionar y de sentir de la compañía. Estoy convencida de que esta práctica, y más aún en tiempos de crisis, puede significar la subsistencia o no de muchas empresas. Sabemos además que la filosofía de grandes empresas, como por ejemplo Google, crecen y evolucionan nutriéndose y aprovechando las ventajas que esto supone, ¡ojo! repito la fórmula: ESCUCHAR A LOS EMPLEADOS.

Sistema de megafonía

Básicamente porque son nuestros empleados los que están en contacto directo con las fuentes de ingreso de la compañía, con el negocio, con la operación, los que saben cómo funciona el mercado, los que conocen la operativa y los que pueden proponer y poner en práctica optimizaciones en su día a día.

Sin haber descubierto la penicilina, ya que desde las áreas de Recursos Humanos / Personas / Felicidad esta práctica la llevamos fomentando, publicitando y lanzando en forma de iniciativas desde hace unos 60 años ¿por qué en los momentos de crisis, momentos en los que necesitamos más visión de negocio tanto para mantenernos como para prepararnos hacia la recuperación, esto ya no es importante y obramos en sentido contrario?

Es más absurdo todavía si pensamos en las tendencias de moda, en las famosas metodologías Ágiles, el Lean, el Kaizen, el Scrum, el XP, el Kanban, los sprints, etcétera, que requieren contar con la experiencia de los trabajadores base y con el conocimiento en profundidad de los procesos que lleva a cabo el área sobre la que estemos actuando.

No somos conscientes de que podríamos estar aprovechando estos momentos para redefinir, para crear, para preparar nuestra organización y volver con más fuerza contando con la experiencia y conocimientos de gestión y mejora de nuestros empleados. Será surrealista el momento en el que de vuelta a la normalidad, hayamos recortado la capacidad económica y la presencia de nuestros empleados y sigamos contratando los servicios de los gurús de estas “nuevas” corrientes que en la mayoría de los casos nos sirven para conocer ideas que en algún momento ya nos las habían trasladado nuestros empleados; de hecho, normalmente vienen de aplicar el sentido común (el menos común de los sentidos). Una vez más, estamos en modo supervivencia on.

¿Qué es lo preocupante actualmente? que salvo en los casos cuya actividad se haya definido como esencial, en el resto de compañías grandes, medianas y pequeñas, lo que ha venido asociado al cese de actividad han sido lógicamente medidas de reducción de costes de la operación, con lo que, esas personas que tienen el conocimiento y la experiencia diaria de cómo mejorar y “capear” los temporales ya vividos están siendo raramente tenidas en cuenta y escuchadas como fuentes de inspiración para afrontar esta crisis.

Muchas herramientas

Ell@s son las mejores herramientas que tenemos

Dando un paso más (el primero por supuesto debe ser: ESCUCHAR A NUESTROS EMPLEADOS) hoy se me ocurría la posibilidad de crear un movimiento de ayuda desinteresada a las empresas grandes, medianas, pequeñas, no sólo escuchar a los trabajadores propios sino escuchar a otros trabajadores y clientes; dándole una vuelta más, para las áreas de Recursos Humanos / Personas / Felicidad sería como un «macroescaparate» de talento.

Compartir mejores prácticas e iniciativas de mejora por el único hecho de ayudarnos. Quizás, también nos demos cuenta con ello, que muchas veces no hace falta invertir grandes sumas de dinero para optimizar un proceso y que tan sólo es necesario escuchar activamente, ver el problema desde otra perspectiva. De esta manera estaremos ayudando además a que, empresas que no dispongan de recursos o que acaben de comenzar, se beneficien de nuestras ideas y experiencias.

Existen muchas experiencias en este sentido: de áreas específicas, asociaciones de Directivos, sectoriales, intersectoriales, profesionales, de mejora continua, círculos de calidad, que se reúnen regularmente, organizan workshops y trabajan en pos de conseguir avances de cada área en cuestión.

Esta crisis debería hacer que por fin evolucionásemos, que se nos dejara de llenar la boca de teorías y conceptos técnicos y que comenzásemos a vivir y aplicar de manera práctica las nuevas tendencias de gestión.

Estamos en una era en la que las personas están en el centro de la estrategia y somos más socialmente responsables que nunca y ni siquiera nos paramos a escuchar a nuestros equipos… ¿por qué no ir más allá? ¿por qué no ayudar a otros trabajadores y a otras empresas por el simple hecho de que puedan mejorar y aprovechar lo que otros ya están haciendo bien? quizás así, si vemos cómo otros utilizan el talento de los nuestros y consiguen mejores resultados, nuestras empresas comiencen realmente a escuchar.

Unidad, manos juntandose

Tenemos los medios, la tecnología, las ganas y la necesidad de mejorar, en este sentido la gran duda que me planteo es: ¿por qué no existe ya?

Me encantaría saber qué opinas al respecto ¿consideras que sería una iniciativa útil tener un medio global para compartir buenas prácticas y experiencias con personas y empresas que tengan similares actividades e intereses? ¿cómo lo plantearías?

Y lo que es más importante: ¿te sientes escuchado en tu trabajo?