Es indudable que la aparición y expansión del COVID-19 y su irremediable cuarentena ha cambiado nuestra forma de concebir el mundo y ha puesto en stand by toda nuestra vida. Es curioso cómo hemos afrontado todos estos cambios, y la manera en que la creatividad se ha abierto paso para sobrellevar el aislamiento y el aburrimiento.
Resulta que las ARTES, esas asignaturas ‘maría’ que considerábamos menores, se han convertido en nuestra salvación. La música, el dibujo, el cine, la escritura, la cocina, la costura… en definitiva, todo lo que hacemos con las manos (y con el corazón) de repente se han vuelto imprescindibles para nosotros, ya sea como consumidores o como ejecutores. Hemos parado, tenemos tiempo, podemos pensar, sentir y dejar salir toda esa creatividad que teníamos sepultada bajo la montaña del estrés del día a día.
Y es un hecho que las empresas no están actuando de manera diferente. Con la producción y el consumo prácticamente parados, es hora de focalizarse en la identidad e imagen de marca.
Estos son dos conceptos que suelen confundirse al estar muy ligados entre sí, e influyen directamente el uno en el otro:
- La imagen de marca es la impresión que tienen los consumidores sobre una empresa. Son los sentimientos y emociones que ésta genera en el público, y que no tienen por qué coincidir con su identidad.
- La identidad de marca, sin embargo, es el conjunto de elementos que caracterizan a una empresa a través del Branding. Está destinada a comunicar sus valores. No sólo para vender producto, sino para generar sensaciones, experiencias y emociones. El Branding crea un vínculo con el consumidor, empatiza con él y lo fideliza. Elementos como el logo, el color corporativo, el claim, la tipografía, el packaging, el tono de comunicación, las campañas publicitarias, las acciones de PR y un largo etcétera construyen la personalidad de la marca.
Durante esta crisis estamos viendo una variedad inmensa de maneras en las que las marcas están trabajando en su identidad, usando la creatividad para generar Brand Love y comunicar a los consumidores valores como solidaridad y responsabilidad. Un ejemplo muy sonado ha sido la iniciativa de Cruzcampo, Amstel y Heineken. Con #FuerzaBar han puesto en marcha un movimiento social en apoyo de los bares y restaurantes para poder afrontar las pérdidas por el parón del coronavirus y han aportado el equivalente a 15 millones de cañas (y por cierto, cómo nos gustan las cañas a los españoles :))
Algunas marcas como Coca-Cola, Audi o McDonald´s han decidido modificar su logotipo apelando a la responsabilidad de mantener una distancia mínima de seguridad.

Aunque otras han visto cómo cambiaban sus logos con motivo del coronavirus sin tener ellas nada que ver en el asunto. Valga el ejemplo del diseñador esloveno Jure Tovrljan, que ha adaptado, entre otros, los logotipos de Starbucks y Corona (Coronita en España) creando estas pequeñas maravillas:


Claramente, el diseño es un elemento primordial para la identidad e imagen de marca. Pero en esta cuarentena no sólo se utiliza el ingenio en el diseño para variar los logotipos, sino que puede ser de gran ayuda para protegernos directamente del virus, como con este desinfectante de manos creado por Pino Wang y Frank Chou, que va cambiando de color de rosa a azul cuando hemos llegado a los 30 segundos necesarios para su correcta utilización.

Estos son sólo unos pocos ejemplos de cómo la creatividad no sólo está siendo imprescindible para superar el confinamiento de manera individual en nuestras casas e impedir que nos volvamos locos de atar. Lo es también, indudablemente, para sobrellevar el parón económico al que nos ha llevado el “dichoso bicho”.
Por ello, ¡reivindiquemos y desarrollemos la creatividad! Y no exclusivamente cuando no tengamos otra cosa que hacer. Y demos, de esta manera, nuestro pequeño ‘aplauso desde el balcón’ a todos los seres creativos, sea cual sea su rama, ya que ellos también contribuyen en gran medida a superar los tiempos de crisis.
Dicho todo esto, convendría que estos esfuerzos y creatividad además de utilizarlos como reclamo y fidelización de nuestros consumidores y como la imagen que queremos proyectar a nivel social a toda la comunidad, desde las áreas de Recursos Humanos/Personas/Felicidad se tratara de hacer seriamente este mismo ejercicio porque, a riesgo de ser algo manido, si tus empleados no sienten pasión por tu marca, difícilmente conseguirás que tus clientes la sientan.
Y, siendo éste un blog de Recursos Humanos/Personas/Felicidad me encantaría saber ¿qué opinas sobre la creatividad, muchas veces, infravalorada competencia? ¿cómo piensas que podríamos trasladar ese sentimiento “Brand lover” para que nuestros empleados sintieran esa pasión por nuestra marca? ¿qué más ejemplos te parecen interesantes de mencionar?
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